En el primero de los pasos encontramos a Nuestro Padre Jesús Nazareno es una imagen de gran belleza, dulzura y realismo, es por eso que despierta en todos los algabeños y devotos que se acercan a ver su rostro una gran devoción. La Imagen representa el momento del caminar del Señor hacia el monte Calvario con la Cruz al Hombro. Existe un documento que data la obra de 1685 pero no contempla el nombre del autor, que algunos lo atribuyen a la escuela de la Roldana.
Por su parte, la Virgen de los Dolores es una imagen barroca de candelero para vestir, de 1,67 metros de alto. Afortunadamente sus manos, poco manipuladas, facilitan dicha catalogación. Sus formas son elegantes y refinadas del gusto sevillano. La mascarilla de notable belleza, cobra vida gracias a su reflexiva y triste expresión. Las facciones de la cara constituyen un perfecto óvalo, los ojos son almendrados y llorosos, las cejas estilizadas, la nariz recta y el mentón pronunciado con un hoyuelo, todos estos elementos tratados con una gran delicadeza emocional. Nuestra Señora de los Dolores es atribuida por muchos autores a Juan de Astorga, la figura más preeminente de la estatuaria sevillana de la primera mitad del siglo XIX.
De la estación de penitencia destacamos la salida de la Virgen de los Dolores, con toda la calle apagada y la banda interpretando marchas desde el interior de la iglesia, haciendo que la dolorosa salga al encuentro de su pueblo a sones de la música de la Cruz Roja.